Basado en hechos reales: Quítate el sujetador

viernes, septiembre 02, 2016

Cojo el vestido de la percha. Lleva la espalda al aire. Le echo un vistazo. Me gusta el largo, la forma y el color. Pero tiene la espalda al aire, así que imposible usarlo con sujetador. Vuelvo a mirarlo. 

- Me lo llevo 

- ¿En efectivo o con tarjeta?



Hace un año ese vestido se hubiera quedado en la percha. Le hubiera dado sesenta y siete millones de vueltas, me hubiera imaginado con él puesto y luego habría declinado la tentación de comprármelo. Jamás y digo jamás, hubiera llevado algo sin sujetador. No me parecía decente. O más bien, "no les
parecía" decente. A ellos. A ellas. A los demás.

Últimamente leo bastantes artículos sobre actrices y cantantes que han decidido quitarse el sujetador y decir eso de ¿cuál es el problema? Si eres un hombre no sabrás de qué hablo pero si eres una mujer comprenderás lo que digo: ¿hay mayor placer que llegar a casa y desabrocharte los corchetes del sujetador? Es como una liberación, como que te deja de oprimir. Y es que es real, es como llevar algo que te aprieta todo el día y cuando llegas a casa, notas esa sensación de felicidad cuando te quitas al sujetador y te bajas de los tacones. Me encantan los sujetadores, los que me conocen saben mi obsesión por la lencería y no escatimo en gastos. Pero ¿qué hay de mal en que un día no me apetezca llevarlo?

Muchas mujeres creen que por llevarlo no se te caerá el pecho, cuando muchos estudios afirman que si acostumbramos al pecho a estar recogido, luego se pierde la firmeza del pecho. Otras muchas lo hacen por el qué dirán. Otras creen que es indecente. 

Estoy cansada de escuchar a la gente preguntarme, con cara de que he matado a alguien, que si voy sin sujetador. Me aburre escuchar a gente decir que ir sin sujetador es de "poco decente" o que cómo se me ocurre ir sin sujetador o que si no me da vergüenza no llevarlo.

¿Cuál es el jodido problema?

Es fácil, yo haré lo que quiera. Lo llevaré cuando me apetezca, y me lo quitaré cuando no quiera llevarlo. Tú haz lo mismo, llévalo si quieres u olvídate de él si te estorba. No hay nada más aburrido que tener que vivir con las normas de una sociedad, a veces estancada. Os prometo que se puede cambiar, que podemos vivir según nuestras reglas, las del respeto, claro. Pero no es un delito no llevar sujetador. Lo que es delito es creernos que tenemos que dar explicaciones de todo lo que hacemos o llevamos o dejamos de llevar. Y es que en el momento que empecemos a pensar un poco en nosotros, en lo que nos apetece, en lo que queremos hacer, en lo que queremos llevar, en lo que queremos decir, en lo que queremos dejar...en ese momento, seremos un poco más felices. 

Y es que, joder, qué bien sienta llegar a casa y quitarte el sujetador. 

O que te lo quiten.

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2 comentarios

  1. Y tanto que sienta bien, es la liberación y signo de descanso el simple hecho de desabrocharlo.
    Un beso.

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  2. ¡Que bien escribes!
    Me encanta.
    En ocasiones al llevar vestidos de espaldas abiertas -mis favoritos- no los llevo pero tengo poco pecho, ¿no crees que quien tenga mucho puede no encontrarse cómoda?

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