Basado en hechos reales: ¿A quién quieres parecerte?

sábado, noviembre 07, 2015

Es domingo y ya sabemos que los domingos son para estar en casa en el sofá. Aun así recibo una llamada, con la frase mágica, a la que saben que nunca me niego: ¿un tinto de verano con vermú?
Me pongo los vaqueros que tengo encima de la cama, unas Victoria y la sudadera que mi hermano ayer se dejó en mi cuarto. No me apetece hablar mucho pero sonrío al ver a mis amigas en la terraza del bar de casa.

- Siento el retraso pero estaba hablando con mi madre.
- No te preocupes, acabamos de llegar. Y hablando de madres, hoy mi hija me ha preguntado que qué va a ser ella. Que si será guapa, que si será lista...No he sabido qué decirle.
- Es una niña, explícale que ella será el resultado de miles de circunstancias, pero que sobre todo será el resultado de la unión de sus padres ¿no?


En ese momento, me evado completamente de la conversación. Y empiezo a recordar el día que en el colegio la profesora nos preguntó a qué persona nos gustaría parecernos. Escucho a mis compañeros argumentando el por qué de parecerse a Frida Kahlo o a Gandhi. Los personajes famosos se suceden unos a otros, hasta que clava la mirada en mi pupitre: ¿A quién te gustaría parecerte? 
Nunca he tenido dudas ante esto, así que respondí bastante segura: A mis padres.
Las carcajadas de mis compañeros se oyeron en las clases contiguas, pero un chistar de la profesora, les hizo callar a todos: Dichoso es aquel que a los suyos se parece. 
Recuerdo ese momento como si fuera ayer y es que algunas frases te marcan. Por supuesto, esa fue una de ellas. 
Siempre he querido parecerme a mis padres, el amor que siento por ellos roza el límite de la cordura, incluso me aventuraría a decir que de la locura. Mis padres son ese espejo en el que quiero mirarme cada día, soy su reflejo, soy el aprendizaje de sus valores y dónde he llegado es resultado de su legado. 
Pero a veces se nos olvida agradecer esa transmisión de valores, ese saber hacer, ese gusto por los detalles, esa cercanía, esa humildad... Y por eso cuando cumplí 18 años decidí que era el momento de decir "gracias" a mi manera. Llevaba poco tiempo en Granada pero ya me conocía hasta el panadero. "Hay que tener amigos hasta en el infierno" solía decirme mi madre, y siempre le hice caso. Organicé una fiesta y conseguí mis primeros ahorros. Cuando tenía el dinero en la mano, lo tuve claro, debía agradecer a las personas que me habían hecho llegar hasta allí y me habían dado la oportunidad de formarme: mis padres. A mi madre le regalé el bolso de Loewe con el que llevaba tiempo soñando y a mi padre el curso de cocina que se moría por hacer. Nunca me agradecieron lo material, me dijeron que la importancia estaba en el gesto, en el detalle.
Y es ahora al cabo de los años es cuando voy dándome cuenta de la importancia del amor, que mis padres poco a poco fueron inculcándome. Me enseñaron el amor por las cosas pequeñas, el amor por los detalles, el amor por la humildad, el amor por el saber hacer, el amor por la excelencia,  el amor por el medio ambiente pero sobre todo el amor por las personas y por la cocina. En nuestra casa todas las noticias, fueran buenas o malas, se contaban alrededor de la mesa. La comida siempre fue lo que nos unió. Ya lo decía nuestro libro de recetas familiar: "Es un honor pertenecer a esta familia. Siempre unida, siempre con una sonrisa, en los momentos buenos pero también en los malos. Las anécdotas de varias generaciones nos envuelven, nos hacen reír y cantar, pero sobre todo: cocinar. Porque la cocina es uno de nuestros legados. Es este libro una muestra de que en esta familia nos amamos."
Ya lo decía Katharine Hepburn: "El amor no tiene nada que ver con lo que esperas conseguir, sino con lo que esperas dar, que es todo".
Efectivamente, dalo todo por lo que quieres conseguir, dalo todo por tus sueños, dalo todo por aquello en lo que no dejas de pensar cada día, dalo todo por quien te eriza la piel, dalo todo por conseguir la excelencia, dalo todo por ser feliz, dalo todo por cuidar lo que te rodea, dalo todo por dejar un mundo más bonito, dalo todo por los pequeños detalles, dalo todo por una sonrisa, dalo todo por las personas, dalo todo por tus valores, dalo todo por amor y sobre todo, dalo todo por tu legado. Agradéceselo. Porque el espejo de tus padres es el mejor espejo donde te hayas mirado. Por eso, intenta tener siempre el corazón en deuda con ellos, porque tú legado es la mejor muestra de amor que hayas tenido nunca. 

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5 comentarios

  1. Es realmente precioso lo que dices. Y completamente cierto....
    Que quisieran parecerse a mí mis hijos, creo que es lo más de lo más, un sueño.

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  2. So sweet after reading your post, Thanks for your sharing.

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  3. Una preciosidad de texto, muy emotivo y significativo. Algo que es necesario tener muy en cuenta :)
    xoxo

    BlueDressedDoll

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  4. Muy buena reflexión de domingo y es que los padres nos dan tanto. De pequeños y de no tan pequeños porque ahora que vivimos separados siempre tienen un tupper preparado o una llamada cuando menos te lo esperas. No piden nada a cambio y así es el amor del bueno, el incondicional.
    Besos!

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  5. ¡Que bien escribes!
    ¿Sabes que me encanta leerte?
    ¿Has pensado en escribir un libro?

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