Basado en hechos reales: La gente a la que quieres

sábado, febrero 20, 2016

Cuando tenía quince años, una profesora me dijo “que pensaba mucho y hablaba poco”. Tenía razón, cuando la cabeza va demasiado rápido es mejor escribir que decirlo, no sé si es malo o bueno, solo sé que es más fácil. Por eso en el blog mi parte favorita siempre han sido los “basados en hechos reales” de los viernes aunque muchas veces me hayas querido matar cuando os habéis dado cuenta que la tal Laura o el tal Carlos, sois vosotros (pero sé que me perdonáis)… Porque en ese rincón es más fácil ser tú, sin tener que dar muchas más explicaciones.


Así que hoy os doy las gracias así: G-R-A-C-I-A-S. Gracias por haber dejado de hacer otras cosas por compartir conmigo mis 30 años, gracias por venir desde Almería, París, Barcelona o Torrevieja. O desde Madrid que también cuenta. Gracias por haber hecho de un día cualquiera, un día especial. Estabais los que teníais que estar, eché de menos personas que no pudieran estar por causas mayores o aquellas personas que nos dejaron hace tiempo pero que para mí están a mi lado. “Los que tienen que estar”, supongo que es igual de aplicable a nuestras vidas. Los que llevan desde que puse un pie en este mundo, los que fueron llegando a lo largo de mi vida o los que acaban de aterrizar. Han llegado, habéis llegado, en el momento adecuado. El momento adecuado puede ser el 7 de febrero de 1986, el 2004, el 2013, el 2014 o el 2015. O ayer.

Personas que rellenan huecos, personas que cambian tus hábitos, personas que se amoldan a tu vida, personas que te hacen sonreír, personas que te aportan, personas que están cuando las necesitas, personas que se preocupan por ti, personas que comparten tus gustos, personas que están en el mismo punto de partida, personas que al final llegan en el momento adecuado. Porque hay gente que está o que llega y te cierran la boca, porque te demuestran que el tiempo no lo es todo, que lo importante son los momentos. El tiempo no es una unidad de medida. No se puede medir ni el amor, ni la amistad, en el tiempo. Eso sí, los de siempre son los de siempre.
Porque tanto en el amor como en la amistad como en la familia, llega alguien y te rompe los esquemas. Y todo lo que habías pensado siempre que era lo correcto o lo que valoramos, te lo borran de un plumazo y piensas: "No han podido llegar en mejor momento". Eso he pensado con cada uno de vosotros, llegasteis en el mejor momento, hace treinta años o ayer.
Habéis estado siempre que lo he necesitado, por eso allí no había ni uno de más, allí estabais los que teníais que estar. En mayor o menor medida, en un 20% o en un 300% pero sé que son las personas adecuadas, las personas correctas, las que en algún momento de mi vida me habéis enseñado algo. Me habéis hecho sentir, vivir y sobre todo, habéis conseguido en algún momento erizarme la piel. Y ya sabéis eso de que la piel es de quien te la eriza. Vosotros. Los de siempre. Los de ahora.
Al irme alguien me escribió un mensaje: “Me ha emocionado cada uno de los momentos que hemos vivido hoy, tus abrazos, tu gente, la sonrisa de todos. El ver que la gente que estaba allí era gente que te quería, gente que te quiere desde que te conocieron o que les costó quererte. Gente bien escogida, todo el mundo hablaba con todo el mundo por amor a ti, la gente llorando en tu discurso. Tu entorno te ama, te amamos. Gracias por contar conmigo en un día como hoy porque sé lo que significo para ti. Te quiero”


Creo que ese mensaje resume lo que siento por vosotros. Lo que sentís muchos por mí. Creo que a veces no se necesita más. Que jodidamente afortunada me siento por sentirme querida.
Pero aunque sea un desastre, aunque odie llamar por teléfono, aunque se me olvide contestar a los mensajes, aunque siempre llegue tarde, aunque grite, aunque ponga malas caras, aunque haya que hacerme comida sin gluten, aunque se me olviden las cosas, aunque no sea muy cariñosa, aunque sea desordenada, aunque siempre se me olviden los “te quiero”. Aunque haya muchos “peros” como dice una canción que me gusta: “Estaría en tu trinchera para la batalla final”. Y sé que lo sabéis y sé que a muchos os lo he podido demostrar en algún momento. Y nunca he sido de decir las cosas por decir, ya desde pequeña me regañaban por no “filtrar” lo que decía. Quizás es malo o quizás no tanto. Me gustan los detalles, siempre he creído que la vida está hecha de detalles, que son los que de verdad importan porque a veces nos fijamos tanto en las grandes cosas materiales o en las palabras maquilladas que se nos olvida cuando alguien te hace tu comida preferida, un post-it, un mensaje, una foto, acordarse de tus cosas… Que estuvierais conmigo en mi cumpleaños, sabiendo lo que a muchos os ha supuesto, es el mejor detalle que pudisteis tener conmigo.


Os quiero, aunque no sea de decirlo. No se me ocurren mejores personas para rodear mi vida que vosotros. Todos, cada uno de vosotros. Los que siempre estáis ahí, los que en algún momento me habéis enseñado algo, los que siempre me habéis ayudado, los que habéis apoyado mis locuras o los que me habéis hecho aterrizar en la tierra. GRACIAS. De las de verdad, de las que a veces se nos olvidan decir. Pero que están y que por una cosa o por otra os las merecéis.



Deja que se queden los de siempre. O deja que lleguen en el momento adecuado.

 Porque alguien me dijo una vez que la gente no recuerda lo que les dijiste pero siempre 

recordarán lo que le hiciste sentir.

Deja que te rompan los esquemas

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3 comentarios

  1. Ole, ole, ole y oleeeee!!

    Pedazo de entrada! Me encanta!! :D

    Yo lo digo muchas veces, y lo seguiré repitiendo: se necesitan más personas como tú! Eres una chica que sabe lo que hace y lo que piensa!

    Eres lo más ;)

    Besos bella, xx

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  2. Me ha encantado el post!!! Me queda ya poquito para los 30!!! Viva el 86!!! ;)

    Un saludo!!!
    Laura

    And suddenly...fashion

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