Basado en hechos reales: Personas tóxicas

Ve a casa y abre el cajón de la fruta. Obsérvala durante un segundo y te darás cuenta de que entre todas las naranjas perfectas, hay una con un picotazo. Casi es imperceptible pero está ahí y ese picotazo puede acabar siendo un hongo que se convierta en moho verde y que seguramente acabe contaminando al resto de las naranjas, por muy sanas que estén.

Somos como las naranjas, entre tantas, al final siempre hay una con un picotazo casi imperceptible que acabará contagiándote, si te descuidas. 

Así son las personas tóxicas, esas personas que al igual que los mosquitos, se acercan a ti para chuparte la sangre y lo que es peor, para chuparte la energía. Son personas que intentarán acabar con tu autoestima y que harán que dejes de luchar por tus deseos para luchar por los suyos. Si tienes una persona de este tipo cerca, hazme caso: CORRE.

¿Pero cuándo sabes ante quién hay que correr? Ese es el problema, no es tan fácil reconocer a estas personas porque son lobos con piel de cordero, son personas con las que convives y que seguramente lo tengan casi todo en la vida. Las personas tóxicas no están en una cueva con un cartel luminoso con la señal de "peligro". Al contrario; estas personas están a tu lado: en tu casa, en tu trabajo, en tu círculo de amistades, en tu perímetro afectivo. No las esperes con un halo de luz negra a su alrededor porque seguramente vayan disfrazados de corderos. El problema radica ahí: nos gustan los corderos y nos dejamos llevar por ellos, pensando en que los corderos son una monería y que solo dan ganas de abrazarles. 

¡¡¡ERROR!!!!

Se harán las víctimas y siempre querrán ser el centro de atención, acabarán controlándote, acabarán dominándote y acabarán con tu energía haciendo que, poco a poco, sólo veas el lado malo de las cosas, harán que los pequeños detalles pasen desapercibidos, tirarán por tierra cualquier valor que pudieran tener, le darán la vuelta a la tortilla para hacer que su versión sea la que vale e intentarán convencer a todo el mundo de ello, harán que su opinión sea una verdad absoluta, te harán pasar malos ratos, te harán que dejes la sonrisa en segundo plano, siempre llevarán la razón, harán que te sientas pequeñito para ellos sentirse más grandes, irán sembrando mareas para que tú recojas tempestades...
Pero puedes pararles los pies y alejarte de ese tipo de personas. O quizás hasta te veas con fuerza de intentar cambiarles si es alguien a quien quieres (cosa difícil). Y todo esto lo harás porque tú crees en la importancia de la energía, porque te gusta ver el lado bueno de las cosas, porque a ti los pequeños detalles te hacen feliz, porque tienes claro que los valores que te enseñaron en casa son los pilares fundamentales de cualquier persona, porque tú tienes claro que versiones sólo hay una y que lo único que cambian son los matices, porque tú sabes que la verdad es relativa, porque sólo quieres pasar ratos buenos. muy buenos o increíbles, porque a ti la sonrisa no se te cae de la cara y sabes que abre puertas, porque tú sabes que no siempre llevas razón y porque tener la razón siempre puede ser hasta aburrido, porque tú tienes que sentirte grande, porque tú prefieres la frase corta "el que siembra, recoge" y elegiste sembrar cosas buenas que recoger...

Recuerda que somos como una malla llena de naranjas y sólo tú decides quién quieres que esté en ella.. Porque tú eliges si prefieres acabar con un picotazo en la basura o acabar siendo un zumo. Yo lo tengo claro: siempre fui de zumo natural.